¿Sufres de un brote de gota cuando cambia el clima?
El clima juega un papel importante para nosotros, los que padecemos de gota, especialmente cuando hace calor y humedad, lo cual puede llevar a la deshidratación y desencadenar un ataque de gota. Cuando tu cuerpo se deshidrata a través de la transpiración, puedes sufrir ataques recurrentes de gota, por lo que es imperativo que bebas mucha agua cuando el índice de humedad sea alto.
También hay muchos pacientes con gota que me han informado que sufren ataques de gota en otoño y cuando cambian las estaciones. Después de un período prolongado en el que la temperatura se mantiene estable en un rango de grados determinado, nuestros cuerpos se acostumbran a esta consistencia. Entonces, si la temperatura baja drásticamente durante la noche, provocando mañanas inusualmente frías, como en la temporada de otoño, es muy razonable creer que tu exceso de ácido úrico pueda cristalizar en las articulaciones y desencadenar un ataque de gota.
Recuerda que la gota es una forma de artritis y que las personas que padecen de artritis también son sensibles a los cambios climáticos. A medida que tu cuerpo se adapta a la nueva estación y al nuevo rango de temperaturas, tus niveles de ácido úrico también se ajustan en consecuencia hasta el próximo cambio de clima o estación. Para evitar un ataque de gota, es importante mantener una temperatura regular en tu cuerpo a pesar de los cambios de temperatura y presión del entorno.
Tuhina Neogi, MD, PhD, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston, evaluó la relación entre el clima y el riesgo de ataques recurrentes de gota en 619 personas que ya padecían de gota, con una edad promedio de 54 años, pero con edades que oscilaban entre los 21 y los 88 años. El estudio indicó que había un aumento del 43% en el riesgo de desarrollar un ataque de gota cuando las temperaturas de 50°-59° grados Fahrenheit subían a 70°-79°.
Cuando las temperaturas bajaban de 30°-39° grados Fahrenheit a menos de 30° grados, se consideraba que había un riesgo reducido de desarrollar un ataque de gota, del 25% y del 40%, respectivamente. Los investigadores también observaron una conexión entre la temperatura y la humedad. Descubrieron que había un riesgo duplicado de un ataque de gota cuando la temperatura era superior a 70° grados Fahrenheit y el índice de humedad era inferior al 60%, en comparación con cuando las temperaturas eran de 50°-69° y el índice de humedad era del 60% al 74%.
Entonces, ¿qué debe hacer una persona que sufre de gota?
Mantener una temperatura regular en tu cuerpo, incluso cuando el clima cambia drásticamente, es clave para evitar un ataque de gota. Es importante, cuando el clima se vuelve más cálido y húmedo, mantenerse hidratado, ya que pierdes más agua cuando hace calor. Bebe con frecuencia, ya que el agua ayudará a tu cuerpo a mantener una temperatura constante. Intenta tener aire acondicionado en tu casa y en el coche, si es posible, esto te ayudará mucho.
Cuando el clima cambie a frío, definitivamente necesitarás calentarte. Si es posible para ti, muévete a un área cálida durante el invierno, eso sería bueno para ti. Si no es posible, asegúrate de abrigarte cuando salgas. Usa una capa extra de calcetines para mantener tus pies calientes y vístete en capas. Beber bebidas calientes como café o tu té favorito calentará tu cuerpo y aumentará tu temperatura corporal. Intenta mantener el movimiento durante el clima frío, esto generará calor corporal y, como estarás más activo, puede mejorar tu circulación sanguínea. En casa, asegúrate de tener calefacción o al menos mantas eléctricas para mantener tu cuerpo caliente durante la noche, cuando hace más frío.
Independientemente del clima, ya sea caliente o frío, toma las precauciones necesarias y evita ese doloroso ataque de gota. ¿Cuál ha sido tu experiencia con los cambios de clima a lo largo de los años? Me gustaría saber de ti, deja tus comentarios abajo.